Hago una entrada extraordinaria en mi blog para dirigirme a todas las madres.

El 7 de agosto del 2012 escribí un artículo en La Voz Libre que pretendía ser relajado, divertido y que fue confeccionado con cariño y guasa con tweets de amigos y compañeros que debatían sobre la lactancia en niños más allá de los 2 años (período recomendado por la OMS), debido a una publicación francesa en la que aparecía una mujer en portada amamantando a un niño grande, de unos 5 ó 6 años.

Desde niña me inculcaron que la vida había que tomársela con humor y reírse de uno mismo. Dado que las cosas a veces no son todo lo bonitas que deseamos, yo siempre he intentado tener esta premisa en mi mente, para que el mundo sonría y pocas veces llore a mi alrededor.

Pese a las barbaridades que he recibido durante estos años por parte de muchas de vosotras y que os hacían perder automáticamente la razón (unas pocas me deseabais incluso la muerte) por dar mi opinión libremente y decir que a partir de esa edad, los 2 años, me resultaba extraño ver a una madre dar de mamar, aún teniendo todos mis respetos, os comunico que he pedido por favor al periódico que retire el artículo.

Desde luego, siento mucho que alguna de vosotras se haya sentido ofendida, puesto que nunca fue mi intención. Soy consciente de lo dura que es la lactancia y de lo importante que es, si la madre así lo decide. Podéis estar tranquilas: veo improbable que la comida se me indigeste (sólo tengo ojos para mis deliciosos platos) o me asuste de ver una teta (voy a playas nudistas). Hasta quizás os dedique una cariñosa sonrisa.

Pero, por favor, respetémonos las unas a las otras, que cada mujer sea capaz de elegir si desea darle el pecho o no a su pequeño, sin lapidarla si elige la segunda opción. Mi madre no pudo dármelo más allá de los 15 días debido a una dolorosa mastitis y aquí estoy: fuerte, optimista y conciliadora. Y lo digo porque leo comentarios desafortunados, en algunos perfiles de Instagram, hacia compañeras que acaban de ser mamás y me hiere que seamos nosotras las primeras en juzgarnos, sin saber a veces los motivos que llevan a tomar una u otra decisión. A las del biberón las llamamos “malas madres”; a las de la teta, “fundamentalistas”.

LIBERTAD y RESPETO para decidir y opinar.

Así pues, insisto, pido disculpas si os habéis sentido mal.

 Prometo colgar una foto amamantando a mi bebé cuando esto suceda, algún día.

Por mi parte, todo olvidado.

Y lo más importante…

¡Disfrutad de vuestra lactancia y vuestros preciosos bebés!

Avec tout mon amour,

AA